miércoles, 12 de febrero de 2014

Un Día Normal



Un día normal como cualquiera, un hombre que se podría decir que era casi perfecto, recibió la noticia que sería padre, ese hombre estaba hecho para todo, bueno para los estudios pero excelente para los deportes. Ese hombre es mi padre, a los 9 meses nací yo, un pequeño niño inocente que lo único que quería era ser como su papá, no recuerdo mucho de mi niñez pero si recuerdo aquel 22 de diciembre del 2006, dos semanas antes de mi cumpleaños número 11, ese hombre al que yo creía perfecto me decepciono, me decepciono al atentar contra la mujer que yo amaba, por supuesto que yo tenía que defenderla, patadas de mi madre en mi mejilla y puños de mi padre en la otra.

Desde ese día ya no soy el mismo, pasaron los días y mi onceavo cumpleaños fue el más amargo de mi vida, me sentía todo hipócrita fingiendo estar triste cuando no era así, creo que mi papá y yo tenemos mucho en común, a él lo mataron cuando tenía 11 años, a mi cuando estaba por cumplirlos, él tenía la capacidad para elegir qué tipo de persona quería ser, yo también, a los 16 años él ya tenía una familia, yo a los 17 ya había empezado a crear una.

Me puse a pensar en lo difícil que debe de ser para las personas no poder cambiar quien son, no es que yo sea hipócrita pero tengo la capacidad para elegir quien quiero ser en cada momento del día, si hicieran una película de mí principalmente seria el villano pero si quisiera también podría ser el héroe, en mis 17 años de vida he conocido todo tipo de personas, pero nadie nunca me ha conocido a mí, eso es bueno creo.

De las personas que han pasado por mi vida muchas han influenciado en mi vida, dos en especial, una me creo y me mato, y la otra me dio una razón para vivir, esas dos personas han marcado mi vida de tal manera que soy quien soy gracias a ellos. Puede que algún día me vean en la televisión o en los periódicos y puede que sea una celebridad para el mundo, o puede que no viva lo suficiente como para que el mundo me conozca, cualquiera de ellas no importa, ya que yo soy quien soy y estoy orgullosos de ello.

Muchas personas me mencionan a un tal Dios, no sé por qué lo hacen, he oído de el durante toda mi vida pero nunca lo he visto, yo no lo conozco, dicen que el me cuida pero no entiendo como lo hace si siguen viviendo las personas que no lo merecen, yo por ejemplo. Dios no quiere a los asesinos, pero son sus hijos, y el ama a sus hijos, eso no tiene sentido. Yo la mate, yo mate aquella niñita y en ese momento me sentí muy bien, no sé porque sigo vivo, pero si lo estoy no voy a desaprovechar la oportunidad que se me dio, ellos dicen orar y alabar pero lo que hacen es pedir y quejarse, aman al invisible pero odian al visible, y el hipócrita soy yo, no me gusta la Iglesia, odio la Iglesia, y nunca voy a regresar a una.

La muerte me vuelve raro, es que yo no tengo miedo a morir como uno más, tengo miedo a vivir como los demás, desde que soy pequeño me han enseñado a ser mejor que el mejor y eso es lo que he estado haciendo, una vez un amigo me dijo que era un moustro, en ese momento no sentí nada, pero me di cuenta que él tenía razón pero a los 15 años me di cuenta que todos tenemos una debilidad y la mía era ella, yo pensé que era inmortal hasta que la conocí, porque me di cuenta que moriría si no estaba con ella, desde ese día muero poco a poco.

Todas las mañanas me pregunto quién soy, y me doy cuenta que puedo ser quien yo quiera, yo puedo jugar algo que nadie más puede, yo puedo jugar a quien yo quiera ser, un día soy alguien y al siguiente día soy otro, ese es mi juego favorito.


Un día normal como cualquiera yo nací y ese día el mundo fue condenado a vivir conmigo, un día normal como cualquiera yo moriré, pero también viviré para siempre, dentro de ustedes, porque yo soy ustedes.